viernes, 3 de mayo de 2013

LA LÍNEA

Desde la geometría podemos definir la línea como una sucesión continua de puntos; otra concepción, más poética y apropiada a nuestra materia, es la que nos da Wassily Kandinsky al referirse a la línea como un punto en movimiento y entonces podemos pensar en esa herramienta que se posa en la superficie y desde allí comienza su recorrido llevando el punto y dejando una huella, marcando a su vez la diferencia entre el estatismo del punto y el dinamismo de la línea. 
La línea es unidimensional, solamente posee longitud. Al representarla en la hoja adquiere cierto ancho (proveniente de la herramienta: lápiz, marcador, etc.) que no debe llegar a sugerir una superficie cuadrangular. 
Entre sus principales propiedades encontramos: 
- Es dinámica. 
- Indica sentido. 
- Puede definir áreas. 
- Genera tramas y texturas con distintos valores. 
Existen diferentes formas de clasificar las líneas: 
1- Si consideramos su forma hablamos de rectas, curvas o mixtas si combina porciones de las dos anteriores. Si la línea recta recibe presiones en algunos puntos de manera que forme ángulos se transforma en un una línea quebrada y la curva, en el caso se que cambie alternadamente de dirección, conforma una línea ondulada.

1- Según su posición las clasificamos en horizontales, diagonales y verticales y cada una tiene una connotación distinta: la horizontal es percibida como estática, las diagonales son dinámicas a la vez que pueden considerarse ascendentes (izquierda abajo y derecha arriba) o descendentes (izquierda arriba y derecha abajo), y por último la vertical indica el dinamismo potencial o la posibilidad de cambio.



1- La intensidad  del grosor puede determinar que una línea sea homogénea, si este se mantiene en todo el desarrollo, o modulada, si va cambiando paulatinamente.




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